Los mal llamados búnkers del monte Tolío o Picota son un conjunto defensivo formado por 25 nidos de ametralladoras unidos a través de una red de trincheras que surcan la superficie en forma de C de esta pequeña montaña.
De todo el conjunto de estructuras, solamente dos conservan una parte significativa de su techumbre original, y en algunas aún pueden leerse los grafitis que en 1.937 escribieron sus constructores.
El conjunto defensivo fue construido en ese año por el gobierno republicano con el fin de repeler un desembarco de las tropas nacionales, lo que motivó que la casi totalidad de sus estructuras estén orientadas al mar. Como la invasión se realizó por tierra, los búnkers fueron abandonados sin llegar a entrar en combate.
Sin embargo, durante la II Guerra Mundial gozaron del privilegio de tener un segundo uso debido al temor del general Franco a una invasión aliada en las playas de Liencres. Así, las estructuras fueron remozadas y ocupadas ahora por aquellos contra quienes inicialmente se habían construido. El desembarco de Normandía y la decisión aliada de no intervenir en España dio lugar al segundo abandono de los búnkers, de nuevo sin haber entrado en combate.
Cualquier recorrido por las cimas del monte Picota permite recorrer las estructuras militares. Sobre la imagen del cartel, recientemente instalado, es posible realizar el recorrido amarillo, quizá más fácil de localizar ya que sale de la localidad de Mortera, o el azul que parte del punto más alto de la carretera que comunica Mortera y Liencres. Si se desea ver el mayor número posible de estructuras puede hacerse una combinación de los dos. Aún así, algunas de ellas quedan fuera de los caminos habituales. (José Toraya, miembro de la Asociación Costa Quebrada)