La hermosa canción de Zeca Alfonso fue, en 1974, el primer paso de la revolución de los claveles. Aquel 25 de Abril el ejército portugués cambió sus troneras por flores y la Península Ibérica respiró un poco más libre. Habría que esperar dos años más para que nuestro pueblo empezara a recobrar la libertad que cuarenta años antes le habían robado.
Ha pasado bastante tiempo y de nuevo Grandola resuena en la Península. Hace tres años fueron los diputados de la izquierda portuguesa quienes desde sus escaños recordaban aquellos sones, mientras el presidente Passos Coelho desgranaba, una a una, las tropelías de la troika. Antes, fueron las gentes del 15-M quienes desde una abarrotada Puerta del Sol recordaban que “o povo e quem mais ordena”.
Hoy en el Egeo, en la legendaria isla de Lesbos, seguro que hay algún voluntario que canturrea ” terra da fraternidade” cuando a su alrededor contempla niños, mujeres y hombres abandonados a su mala suerte.
¿Que está pasando en esta Europa que ha cambiado los claveles por alambre de espino ? No olvidemos “em cada rosto igualdade”.
(La fotografía de Sergio Guimaraes editada en forma de póster por Avante, periódico del Partido Comunista Portugués, se convirtió en un icono de la Revolución de los claveles. Este ejemplar que actualmente duerme en una carpintería jubilada, cruzó la frontera Portuguesa en el verano de 1974 o de 1975 con destino a Santander y durante un cuarto de siglo presidió el salón de José Manuel Gómez).