Estas personas son presos políticos, por eso están en la 3ª galería, en una celda (chabolo) conocido como “la comuna”, allí se come, se estudia, se discute y se aprende.
En esa celda habilitada con mesas se come el rancho que se mejora con los paquetes de comida que traen las familias y organizaciones como Mujeres Democráticas para sus presos, se apacigua el hambre pero se alimentan los sueños y también el orgullo.
Se lee la prensa que llega y las lecturas que se pueden conseguir, aunque sería mejor decir que se estudia la prensa. También se discute, se conversa, se canta, se ríe y se hacen chanzas, se alecciona, se decide y se esconde la tristeza. Pero sobre todo se aprende y se comparte.
Se enseña doctrina política, derecho, literatura, economía, solidaridad, dignidad y orgullo de sentirse en el grupo de los luchadores por la libertad y la justicia social. Estos comunistas estaban empeñados en organizar una escuela de cuadros en toda línea.
Y en ese espacio se encuentran dos sindicalistas de Comisiones Obreras y un estudiante palestino:
* Macario Barjas, 56 años, encofrador, comunista y líder obrero de CCOO de la Construcción, con el cigarro en la mano y su pose hierática pasará 12 años en cárceles franquistas.
* Maher al-Sharif, 22 años, nacido en Damasco, de familia palestina, estudiante de ciencias políticas que acaba siendo detenido en una manifestación estudiantil, tras seis días en dependencias policiales se le procesa y se le envía a la Cárcel de Carabanchel, donde permanecerá unos meses y luego será expulsado del país.
* Tranquilino Sánchez, frisando la mitad de los 40 es otro luchador de la construcción de Comisiones Obreras, gesto relajado y pose decidida hacia la cámara. Más joven que Macario, de la generación nacida en la posguerra, que no ha vivido directamente el conflicto civil, y que plantea sus reivindicaciones y aspiraciones con la fuerza de la conciencia de que se aproxima el fin de la dictadura.
Una foto clandestina de presos políticos, una foto hecha para sustentar y extender la solidaridad con los que luchan contra la dictadura, en un carrete que saldrá de contrabando y se revelará en Paris.